La mayor parte de las habilidades para conseguir una vida satisfactoria son de carácter emocional, no intelectual
Hemos aprendido desde pequeños que el sentimentalismo (así se ha llamado al hábito de sentir a flor de piel las emociones y a mostrar en público esa forma de interpretar las vivencias) era propio de personas débiles, inmaduras, con déficit de autocontrol. Además, se ha extendido en nuestro imaginario colectivo el lugar común, machista como pocos, de que las emociones o -más aún- el llanto, pertenecen al ámbito de lo femenino. Sin embargo, todo evoluciona y va ganando terreno la convicción de que vivir las emociones es un elemento insustituible en la maduración personal y en el desarrollo de la inteligencia.
Sólo cuando entendemos nuestros sentimientos somos capaces de entender los de otras personas
Tenemos muy en cuenta nuestro espacio intelectual y no sólo le hemos dedicado tiempo y esfuerzo, sino que incluso la valoración que hacemos de una persona pasa, en buena medida, por sus conocimientos y habilidades intelectuales. Desde la educación, tanto reglada como no académica, se nos ha motivado para que saquemos el máximo partido a nuestros recursos intelectuales.
Nadie discute la necesidad de adquirir conocimientos técnicos y culturales para prepararnos (y reciclarnos) para la vida profesional, pero en una equivocada estrategia de prioridades olvidamos a veces la importancia de educarnos para la vida emocional. Aprender a vivir es aprender a observar, analizar, recabar y utilizar el saber que vamos acumulando con el paso del tiempo. Pero convertirnos en personas maduras, equilibradas, responsables y, por qué no decirlo, felices en la medida de lo posible, nos exige también saber distinguir, describir y atender los sentimientos. Y eso significa contextualizarlos, jerarquizarlos, interpretarlos y asumirlos. Porque cualquiera de nuestras reflexiones o actos en un momento determinado pueden verse "contaminados" por nuestro estado de ánimo e interferir negativamente en la resolución de un conflicto o en una decisión que tenemos que tomar.
Una habilidad muy especial
Mimar nuestro momento emocional, aprender a expresar los sentimientos sin agresividad y sin culpabilizar a nadie, ponerles nombre, atenderlos y saber cómo descargarlos, es uno de los ejes de interpretación de lo que nos ocurre. Cada vez que dudamos ante una decisión, que nos proponemos comprender una situación, no hacemos estas operaciones como lo haría un ordenador o cualquier otro ingenio de inteligencia artificial, sino que ponemos en juego, traemos a colación, todo nuestro bagaje personal (incluyendo lo que nos ha podido pasar hace un rato o unas horas) y el pesado fardo de nuestra herencia cultural. De ahí que vivir nuestras emociones es una habilidad relacional que nos capacita como seres que se desarrollan en un contexto social. Sólo cuando conectamos con nuestros sentimientos, los atendemos y jerarquizamos, somos capaces de empatizar con los sentimientos y circunstancias de los demás. No es más inteligente quien obtiene mejores calificaciones en sus estudios, sino quien pone en práctica habilidades que le ayudan a vivir en armonía consigo mismo y con su entorno. La mayor parte de las habilidades para conseguir una vida satisfactoria son de carácter emocional, no intelectual. Los profesionales más brillantes no son los que tienen el mejor expediente académico, sino los que han sabido "buscarse la vida" y exprimir al máximo sus habilidades.
Aprender a desarrollar la inteligencia emocional
Esta sociedad de las "buenas maneras" y el control social han hecho de nosotros auténticos robots de las apariencias. En la Universidad de Málaga los doctores Fernández Berrocal y Extremera han abordado la inteligencia emocional como la habilidad (esencial) de las personas para atender y percibir los sentimientos de forma apropiada y precisa, la capacidad para asimilarlos y comprenderlos adecuadamente y la destreza para regular y modificar nuestro estado de ánimo o el de los demás. En la inteligencia emocional se contemplan cuatro componentes:
Percepción y expresión emocional. Se trata de reconocer de manera consciente qué emociones tenemos, identificar qué sentimos y ser capaces de verbalizarlas. Una buena percepción significa saber interpretar nuestros sentimientos y vivirlos adecuadamente, lo que nos permitirá estar más preparados para controlarlos y no dejarnos arrastrar por los impulsos.
Facilitación emocional, o capacidad para producir sentimientos que acompañen nuestros pensamientos. Si las emociones se ponen al servicio del pensamiento nos ayudan a tomar mejor las decisiones y a razonar de forma más inteligente. El cómo nos sentimos va a influir decisivamente en nuestros pensamientos y en nuestra capacidad de deducción lógica.
Comprensión emocional. Hace referencia a entender lo que nos pasa a nivel emocional, integrarlo en nuestro pensamiento y ser conscientes de la complejidad de los cambios emocionales. Para entender los sentimientos de los demás, hay que entender los propios. Cuáles son nuestras necesidades y deseos, qué cosas, personas o situaciones nos causan determinados sentimientos, qué pensamientos generan las diversas emociones, cómo nos afectan y qué consecuencias y reacciones propician. Empatizar supone sintonizar, ponerse en el lugar del otro, ser consciente de sus sentimientos. Hay personas que no entienden a los demás no por falta de inteligencia, sino porque no han vivido experiencias emocionales o no han sabido gestionarlas. Quién no ha experimentado la ruptura de pareja o el sentimiento de orfandad por la pérdida de un ser querido, es difícil que se haga cargo de lo que sufren quienes pasan por esa situación. Incluso cuando se han vivido por experiencias de ese tipo, si no se ha hecho el esfuerzo de vivirlas de manera explícita aceptándolas e integrándolas, no estarán suficientemente capacitados para la comprensión emocional inteligente.
Regulación emocional, o capacidad para dirigir y manejar las emociones de una forma eficaz. Es la capacidad de evitar respuestas incontroladas en situaciones de ira, provocación o miedo. Supone también percibir nuestro estado afectivo sin dejarnos arrollar por él, de manera que no obstaculice nuestra forma de razonar y podamos tomar decisiones de acuerdo con nuestros valores y las normas sociales y culturales.
Estas cuatro habilidades están ligadas entre sí en la medida en que es necesario ser conscientes de cuáles son nuestras emociones si queremos vivirlas adecuadamente.
Gestionar adecuadamente las emociones supone:
No someterlas a censura. Las emociones no son buenas o malas, salvo cuando por nuestra falta de habilidad hacen daño, a nosotros o a otras personas.
Permanecer atentos a las señales emocionales, tanto a nivel físico como psicológico.
Investigar cuáles son las situaciones que desencadenan esas emociones.
Designar de forma concreta los sentimientos y señalar las sensaciones que se reflejan en nuestro cuerpo, en lugar de hacer una descripción general ("estoy triste", "estoy nervioso"...).
Descargar físicamente el malestar o la ansiedad que nos generan las emociones.
Expresar nuestros sentimientos a la persona que los ha desencadenado, sin acusaciones ni malas formas y detallando qué situación o conducta es la que nos ha afectado.
No esperar a que se dé la situación idónea para comunicar los sentimientos, tomar la iniciativa.
martes, 18 de diciembre de 2007
Aprender a vivir las emociones
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miércoles, 14 de noviembre de 2007
La personalidad y la ética del carácter
Al mismo tiempo, además de mi investigación sobre la percep¬ción, me encontraba profundamente inmerso en un estudio sobre los libros acerca del éxito publicados en los Estados Unidos desde 1776. Estaba leyendo u hojeando literalmente millares de libros, artículos y ensayos, de campos tales como el autoperfeccionamiento, la psico¬logía popular y la autoayuda. Tenía en mis manos la suma y sustan¬cia de lo que un pueblo libre y democrático consideraba las claves de una vida exitosa.
Mi estudio me llevó a rastrear doscientos años de escritos sobre el éxito, y en su contenido advertí la aparición de una pauta sorpren¬dente. A causa de mi propio y profundo dolor, y de dolores análogos que había visto en las vidas y relaciones de muchas personas con las que había trabajado a lo largo de los años, empecé a sentir cada vez más que gran parte de la literatura sobre el éxito de los últimos cincuenta años era superficial. Estaba llena de obsesión por la ima¬gen, las técnicas y los arreglos transitorios de tipo social (parches y aspirinas sociales) para solucionar problemas agudos (que a veces incluso parecían solucionar temporalmente) pero dejaban intactos los problemas crónicos subyacentes, que empeoraban y reaparecían una y otra vez.
En total contraste, casi todos los libros de más o menos los pri¬meros ciento cincuenta años se centraban en lo que podría denomi¬narse la «ética del carácter» como cimiento del éxito: en cosas tales como la integridad, la humildad, la fidelidad, la mesura, el valor, la justicia, la paciencia, el esfuerzo, la simplicidad, la modestia y la «regla de oro». La autobiografía de Benjamín Franklin es represen¬tativa de esa literatura. Se trata, básicamente, de la descripción de los esfuerzos de un hombre tendentes a integrar profundamente en su naturaleza ciertos principios y hábitos.
La ética del carácter enseñaba que existen principios básicos para vivir con efectividad, y que las personas sólo pueden experimentar un verdadero éxito y una felicidad duradera cuando aprenden esos principios y los integran en su carácter básico.
Pero poco después de la Primera Guerra Mundial la concepción básica del éxito pasó de la ética del carácter a lo que podría llamarse la «ética de la personalidad». El éxito pasó a ser más una función de la personalidad, de la imagen pública, de las actitudes y las conduc¬tas, habilidades y técnicas que hacen funcionar los procesos de la in¬teracción humana. La ética de la personalidad, en lo esencial, tomó dos sendas: una, la de las técnicas de relaciones públicas y humanas, y otra, la actitud mental positiva (AMP). Algo de esta filosofía se ex¬presaba en máximas inspiradoras y a veces válidas, como por ejem¬plo «Tu actitud determina tu altitud», «La sonrisa hace más amigos que el entrecejo fruncido» y «La mente humana puede lograr todo lo que concibe y cree».
Otras partes del enfoque basado en la personalidad eran clara¬mente manipuladoras, incluso falaces; animaban a usar ciertas técni¬cas para conseguir gustar a las demás personas, o a fingir interés por los intereses de los otros para obtener de ellos lo que uno quisiera, o a usar el «aspecto poderoso», o a intimidar a la gente para desviarla de su camino en la vida.
Parte de esa literatura reconocía que el carácter es un elemento del éxito, pero tendía a compartimentalizarlo, y no a atribuirle con¬diciones fundacionales y catalizadoras. La referencia a la ética del carácter se hacía en lo esencial de una manera superficial; la verdad residía en técnicas transitorias de influencia, estrategias de poder, ha¬bilidad para la comunicación y actitudes positivas.
Empecé a comprender que esta ética de la personalidad era la fuente subconsciente de las soluciones que Sandra y yo estábamos tratando de utilizar con nuestro hijo. Al pensar más profundamente sobre la diferencia entre las éticas de la personalidad y del carácter, me di cuenta de que Sandra y yo habíamos estado obteniendo bene¬ficios sociales de la buena conducta de nuestros hijos, y, según esto, uno de ellos simplemente no estaba a la altura de nuestras expectati¬vas. Nuestra imagen de nosotros mismos y nuestro rol como padres buenos y cariñosos eran incluso más profundos que nuestra imagen del niño, y tal vez influían en ella. El modo en que veíamos y mane¬jábamos el problema implicaba mucho más que nuestra preocupa¬ción por el bienestar de nuestro hijo.
Cuando Sandra y yo hablamos, tomamos dolorosamente con¬ciencia de la poderosa influencia que ejercían nuestro carácter, nues¬tros motivos y nuestra percepción del niño. Sabíamos que la compa¬ración social como motivación no estaba de acuerdo con nuestros va¬lores más profundos y podía conducir a un amor condicionado y finalmente reducir el sentido de los propios méritos de nuestro hijo. De modo que decidimos centrar nuestros esfuerzos en nosotros mis¬mos, no en nuestras técnicas sino en nuestras motivaciones más pro¬fundas y en nuestra percepción del niño. En lugar de tratar de cam¬biarlo a él, procuramos apartarnos —tomar distancia respecto de él— y esforzarnos por percibir su identidad, su individualidad, su condición independiente y su valor personal.
Gracias a esta profundización en nuestros pensamientos y al ejer¬cicio de la fe y la plegaria, empezamos a ver a nuestro hijo en los tér¬minos de su propia singularidad. Vimos dentro de él capas y más ca¬pas de potencial que iban a dar sus frutos con su propio ritmo y velo¬cidad. Decidimos relajarnos y apartarnos de su camino, permitir que emergiera su propia personalidad. Vimos que nuestro rol natural consistía en afirmarlo, disfrutarlo y valorarlo. También elaboramos cons¬cientemente nuestros motivos y cultivamos las fuentes interiores de seguridad con el fin de que nuestros sentimientos acerca del propio mérito no dependieran de la conducta «aceptable» de nuestros hijos.
Cuando nos deshicimos de nuestra antigua percepción del niño y desarrollamos motivos basados en valores, empezaron a surgir nue¬vos sentimientos. Nos encontramos disfrutando de él, en lugar de compararlo o juzgarlo. Dejamos de tratar de hacer con él un duplica¬do de nuestra propia imagen o de medirlo en comparación con cier¬tas expectativas sociales. Dejamos de manipularlo amable y positi¬vamente para que se adecuara a un molde social aceptable. Como lo considerábamos fundamentalmente apto y capaz de afrontar con éxito la vida, dejamos de protegerlo cuando sus hermanos y otros pre¬tendían ridiculizarlo.
Había sido educado a la sombra de esa protección, de modo que atravesó algunas etapas dolorosas, que él expresó a su manera y que nosotros aceptamos, pero a las que no siempre respondimos. «No necesitamos protegerte —era el mensaje tácito—. Básicamente, puedes valerte por ti mismo.»
A medida que pasaban semanas y meses, fue desarrollándose en él una tranquila confianza; se estaba afirmando a sí mismo. Madura¬ba según su propio ritmo y velocidad. Empezó a sobresalir rápida y bruscamente, en comparación con criterios sociales —académicos, sociales y atléticos—, yendo mucho más allá del llamado proceso natural de desarrollo. Con el paso de los años, lo eligieron varias ve¬ces líder de grupos estudiantiles, se convirtió en un verdadero atleta y traía a casa las notas más altas. Desarrolló una personalidad atrac¬tiva y franca que ahora le permite relacionarse tranquilamente con todo tipo de personas.
Sandra y yo creíamos que los logros «socialmente impresionan¬tes» de nuestro hijo era una expresión accesoria de los sentimientos que experimentaba respecto de sí mismo más que una mera respues¬ta a las recompensas sociales. Ésta fue una experiencia sorprendente para Sandra y para mí, muy instructiva en el trato con nuestros otros hijos, y también en otros roles. Nos hizo tomar conciencia, en un ni¬vel muy personal, de la diferencia vital que existe entre la ética de la personalidad y la ética del carácter. Los salmos expresan a la perfec¬ción nuestra convicción: «Busca tu propio corazón con diligencia pues de él fluyen las fuentes de la vida».
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viernes, 26 de octubre de 2007
Inteligencia Emocional en la Salud
El Yoga es una de las primeras disciplinas de la humanidad. Las tabletas más antiguas que se refieren a él, datan de aproximadamente cinco mil años.
Aunque es un enorme y complejo sistema filosófico, nosotros nos referiremos a él como HATHA YOGA, una disciplina física que consiste en una serie de posturas, respiración, técnicas de relajación y métodos de purificación del cuerpo.
Si bien tuvo su origen en Oriente, hoy está claramente establecido su carácter universal. Muchas figuras de occidente han practicado y reconocido las bondades impares de esta disciplina ; figuras tan disímiles como, por ejemplo, Aristóteles Onassis y Yehudi Menuhin. O sea, ha invadido terrenos tan dispares como los negocios y el arte.
En el libro HATHA YOGA, PAZ Y SALUD de Indra Devi, puede leerse: “El gran violinista Yehudi Menuhin considera al Yoga - y a un sueño tranquilo - más importante para su arte que el estudio diario de su instrumento. Su maestro de Yoga, B. K. Iyengaar, exhibe orgullosamente un reloj pulsera con la siguiente inscripción: ‘A mi mejor profesor de violín... de Yehudi Menuhin’”.
Muchos gobernantes recurrieron también a él. El ex Primer Ministro de la India, J. Nehru, encontraba fuerzas y paz en el Yoga; Ben Gurión, líder del estado de Israel por mucho tiempo, también practicaba técnicas de Yoga. El estadista necesita fuerza, tranquilidad y coraje sereno para el cumplimiento eficaz de sus responsabilidades, y el Yoga puede ayudarlo. La respiración profunda (una de las principales técnicas yóguicas) formó parte del régimen terapéutico que restauró la salud alterada del ex presidente Dwight Eisenhower.
Disciplinas muy modernas, como la bioenergética, por ejemplo, no hacen sino retomar los objetivos de una buena práctica del Yoga, y al describir nuevos enfoques no hacen sino reafirmar sus bondades:
“La bioenergética - dice el Dr. Alexander Lowen - es una técnica terapéutica, cuyo objeto es ayudar al individuo a recuperarse juntamente con su cuerpo y a gozar en el mayor grado posible de la vida corporal... Comprende las funciones fundamentales de respirar, moverse, sentir y expresarse a sí mismo. El que no respira profundamente reduce la vida de su cuerpo. Si no se mueve con libertad, restringe la vida de su cuerpo. Si no se siente en pleno, limita la vida de su cuerpo. Y si está constreñida u obstaculizada la expresión de sí mismo, queda disminuida la vida de su cuerpo”.
¿Por qué es sumamente interesante que usted se aficione a la práctica del yoga?
Porque una de las primeras diferencias entre el yoga y otras disciplinas, incluidos los deportes, es que el Hatha Yoga no consume energías. Y no es sólo para jóvenes. Ya que por el contrario, acumula energía. EL YOGA NO IMPLICA ESFUERZO ALGUNO.
“Así como el deporte es pródigo con los esfuerzos musculares, el yoga los economiza, y hasta diría que los escatima”.
Las otras diferencias entre el yoga y cualquier otra disciplina o deporte también son muy importantes. Preste atención. Son las siguientes:
1) PROCURA LA MÁXIMA FLEXIBILIDAD DE LA COLUMNA VERTEBRAL
La columna vertebral, con el paso del tiempo y la vida sedentaria, suele ir doblándose hacia adelante, y perdiendo flexibilidad. Esa columna no es sólo una pieza ósea, sino que contiene la médula, que a su vez se ramifica en los nervios raquídeos, que involucran importantísimas funciones psico-fisiológicas. De ahí la importancia de su buen estado, es decir, de su rectitud. Se ha dicho, sin exageración, que la juventud consiste en una columna vertebral flexible.
2) PROMUEVE UNA MEJOR CIRCULACIÓN DE LA SANGRE
Muchos especialistas admiten que la salud y juventud del cuerpo depende del estado de las arterias. La rigidez de ellas -arterioesclerosis- es una de las más frecuentes causas de muertes, y la falta de ejercicios contribuye a ese deterioro. Con las posturas invertidas, el Yoga estimula la corriente sanguínea que, con la ayuda de la gravedad, irriga fuertemente el cerebro y las glándulas nobles localizadas en la cabeza. Los pequeños vasos se tonifican, ya que cada postura cierra un conjunto de vasos y abre otro, produciendo vasoconstricción y vasodilatación. La circulación provoca movimientos en todos los vasos del cuerpo, impidiendo su esclerosamiento.
Las posturas trabajan sobre la circulación, llevando abundante sangre a algunos órganos, o bien descongestionándolos. Y esto con ayuda de la gravedad, ya que la postura no debe implicar esfuerzo alguno. El Yoga, como se dijo antes, es el arte de mejorar la salud CON LA MAYOR ECONOMÍA DE FUERZAS, SOLO HACIENDO TRABAJAR A LA GRAVEDAD.
3) ESTIMULA Y REGULARIZA LAS GLÁNDULAS DEL ORGANISMO. Las posturas de yoga favorecen el buen funcionamiento del sistema endocrino.
4) TRABAJA SOBRE UN ÓRGANO O UN GRUPO DE ELLOS
5) PROPENDE AL ESTIRAMIENTO OPTIMO DE TODOS LOS MÚSCULOS DEL CUERPO
“Si el músculo pone el esqueleto en movimiento, ello se debe a que puede encogerse. Sea cual fuere el movimiento que se ejecuta, lo que lo provoca es necesariamente la contracción de uno o varios músculos. Ahora bien, en el Yoga -y solamente en el Yoga -, los músculos SE ESTIRAN SISTEMÁTICAMENTE. Dicho estiramiento es una característica esencial de las posturas, por oposición a todas las demás actividades físicas, a todo trabajo. Desde el sueño profundo hasta el esfuerzo más intenso, por lo menos en las circunstancias habituales, el músculo oscila únicamente entre una relajación tan total como sea posible y una contracción máxima”.
6) FORTALECE LOS MÚSCULOS QUE SUFREN EL PASO DEL TIEMPO
El hombre es el único mamífero que lucha contra la fuerza de gravedad. De joven no nos damos cuenta de esta lucha, pero con los años la fuerza de gravedad, valga la expresión, comienza a PESAR.
Las vísceras abdominales, por ejemplo, sostenidas en la juventud por fuertes paredes abdominales, desciende con la flaccidez de estas últimas (VISCEROPTOSIS). Las posturas del Yoga trabajan, junto con la RESPIRACIÓN COMPLETA, para FORTALECER los músculos abdominales.
7) MEJORA EL PROCESO DE DIGESTIÓN Y ELIMINACIÓN
Prácticamente TODAS las posturas cooperan en el combate contra el estreñimiento, pues dan elasticidad y tono juvenil a las paredes abdominales, y activan los movimientos peristálticos de los intestinos. También la respiración completa colabora, a través de los movimientos diafragmáticos, favoreciendo el buen funcionamiento de todo el sistema digestivo.
8) REVITALIZA Y RESTITUYE LAS ENERGÍAS, SEDANDO EL SISTEMA NERVIOSO, FAVORECIENDO LA RELAJACIÓN CORPORAL Y LA CONCENTRACIÓN MENTAL
“Terminada la sesión -dice el profesor Hermógenes- el practicante debe sentirse liviano, fuerte, tranquilo, física y mentalmente tranquilo, con aquel bienestar de vacaciones bien aprovechadas. Si se produjera cansancio físico o psíquico, dicen los maestros que la práctica fue errónea”.
Las posturas del yoga son desfatigantes y vigorizantes. Aumentan el flujo de la sangre arterial en todas partes, incrementan las funciones excretoras, que liberan los tejidos de sus toxinas, y vitalizan los órganos y glándulas, como el hipotálamo, la hipófisis y las suprarrenales, encargadas de la regulación neuro-humoral sana.
El HATHA YOGA, en fin, conduce a una conciencia corporal más profunda. Lo cual no puede ser más que una gran ayuda en la conquista y conservación de la salud.
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miércoles, 3 de octubre de 2007
Evolución de la historia de la inteligencia humana
La historia de la inteligencia humana puede explicarse como el empeño del cerebro humano en buscar formas eficientes de comunicarse consigo mismo.Cuando el primer ser humano trazó la primera línea, precipitó una revolución en la conciencia humana; una revolución cuyo estadio evolutivo más reciente está constituido por el mapa mental.Una vez que los seres humanos se dieron cuenta de que eran capaces de exteriorizar sus "imágenes mentales" internas, la evolución fue más rápida. Con las primeras representaciones hechas por los primitivos aborígenes australianos en las cavernas, los trazos iniciales se fueron convirtiendo paulatinamente en pinturas.
A medida que las civilizaciones evolucionaban, las imágenes comenzaron a condensarse en símbolos y, más tarde, en alfabetos y guiones; así sucedió con los caracteres chinos o los jeroglíficos egipcios. Con el desarrollo del pensamiento occidental y la creciente influencia del imperio romano, se completó la transición de la imagen a la letra. Y posteriormente, a lo largo de dos mil años de evolución, el poder nada desdeñable de la letra adquirió primicia sobre la momentáneamente escarnecida imagen.
Así pues, los primeros seres humanos que hicieron marcas estaban señalando, literalmente, un salto gigantesco en la evolución de nuestra inteligencia, porque así exteriorizaban los primeros indicios de nuestro mundo mental. Al hacerlo, no sólo fijaban sus pensamientos en el tiempo y en el espacio, sino que además capacitaban el pensamiento para que pudiera abarcar esas mismas dimensiones. Entonces, la inteligencia humana ya pudo empezar a comunicarse consigo misma a través de las extensiones infinitas del tiempo y del espacio.
En su evolución, los símbolos, las imágenes y los códigos terminaron por configurar la escritura, y ese principalísimo avance fue la clave de la aparición y de la evolución de civilizaciones destacadas, tales como las de Mesopotamia y de China, cuyos habitantes disfrutaron de evidentes ventajas sobre aquellos otros pueblos que todavía estaban por llegar al estadio de la escritura, y por ese motivo no tuvieron acceso a la sabiduría y al conocimiento que nos legaron las grandes mentes del pasado.Tal y como las aguas de un ancho río tienden a acelerarse cuando se ve forzado a discurrir por un cauce estrecho, la tendencia a reunir información ha ido acelerándose a lo largo de los siglos, hasta dar origen a la actual "explosión informativa".
En épocas recientes, esta "explosión" ha sido causada, en parte, por el supuesto de que la escritura es el único vehículo adecuado para el aprendizaje, el análisis y la diseminación de la información.Si efectivamente escribir es la mejor manera de adueñarse de tal información, de analizarla y de transmitirla, ¿por qué hay tantas personas que tienen problemas en los campos del aprendizaje, el pensamiento, la creatividad y la memoria? ¿por qué se quejan de una incapacidad básica, de pérdida de la confianza en sí mismas, de disminución del interés y de reducción de sus poderes de concentración, memoria y pensamiento?
Entre las reacciones habituales ante tales problemas cabe incluir la auto denigración, la disminución del rendimiento, la apatía y la aceptación de reglas rígidas y dogmáticas, factores todos que obstaculizan aún más el funcionamiento natural del cerebro.Hemos convertido la palabra, la oración, la lógica y el número en los pilares fundamentales de nuestra civilización, con lo cual estamos obligando al cerebro a valerse de modos de expresión que lo limitan, pero que (tal es lo que suponemos) son los únicos correctos. Los grandes cerebros usaron efectivamente una mayor proporción de su capacidad natural y de que (a diferencia de sus contemporáneos que usaban un pensamiento más lineal) estaban empezando a volverse intuitivamente de los principios del pensamiento irradiante y de la cartografía mental
La inteligencia Emocional :La inteligencia emocional, según Goleman "es la capacidad para reconocer sentimientos en si mismo y en otros, siendo hábil para gerenciarlos al trabajar con otros.
Principios de la Inteligencia Emocional: 1.- Recepción :Cualquier cosa que incorporemos por cualquiera de nuestros sentidos.2.- Retención :Corresponde a la memoria, que incluye la retentiva (o capacidad de almacenar información) y el recuerdo, la capacidad de acceder a esa información almacenada.3.- Análisis :Función que incluye el reconocimiento de pautas y el procesamiento de la información.4.- Emisión :Cualquier forma de comunicación o acto creativo, incluso del pensamiento.5.- Control :
Función requerida a la totalidad de las funciones mentales y físicas.Estos cinco principios se refuerzan entre si. Por ejemplo , es mas fácil recibir datos si uno esta interesado y motivado, y si el proceso de recepción es compatible con las funciones cerebrales. Tras haber recibido la información de manera eficiente , es mas fácil retenerla y analizarla . A la inversa ,una retención y un análisis eficientes incrementaran nuestra capacidad de recibir información .De modo similar ,el análisis que abarca una disposición compleja de las tareas de procuramiento de información , exige una capacidad para retener (recordar y Asociar) aquello que se ha recibido.
Es obvio que la calidad de análisis se vera afectada por nuestra capacidad para recibir y retener la información.Estas tres funciones convergen en la cuarta es decir la emisión o expresión ya sea mediante el mapa mental, el discurso, el gesto u otros recursos , de aquella que se ha recibido ,retenido y analizado.La quinta categoría la del control , se refiere a la actividad general del cerebro por la cual éste se constituye en " desertor " de todas nuestras funciones mentales y físicas , incluyendo la salud general , actitud y las condiciones ambientales . Esta categoría es de particular importancia porque una mente y un cuerpo sanos son esenciales para que los otros cuatro funcionen – recibir, retener , analizar y emitir puedan operar en la plenitud de su potencial.
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sábado, 15 de septiembre de 2007
NATURALEZA ESPECIAL DEL APRENDIZAJE EN INTELIGENCIA EMOCIONAL
1) A diferencia de otros temas o materias, lo que se aprende respecto a nuestras emociones no tiene obsolescencia.
2) El entrenamiento influye directamente en un mejor clima laboral, y estimula una mayor eficiencia en la performance individual y colectiva.
3) Por su naturaleza, y aunque el centro de la capacitación es laboral, el aprendizaje 'se derrama' hacia todas las áreas de la vida, produciendo beneficios, en las personas, que van más allá del rendimiento en el trabajo, creando condiciones para una mejor calidad de vida, lo que a su vez favorece el aprendizaje y los resultados positivos.
4) No se les dice a las estudiantes (todos lo somos) qué tienen que hacer, se le dan elementos y principios para que se conozcan mejor a sí mismos y puedan alcanzar el equilibrio emocional partiendo desde su propio temperamento.
OTRAS CARACTERÍSTICAS DEL APRENDIZAJE EN INTELIGENCIA EMOCIONALA continuación, ofrecemos algunas líneas directrices del aprendizaje de las competencias emocionales:
1.- Evaluación individual: Es preciso determinar los puntos fuertes y débiles del individuo para identificar aquellos que debe mejorar.
2.- Motivación: Las personas aprenden en la medida en que se encuentran motivadas. Clarificar las ventajas que conlleva la formación suele ser una manera efectiva de motivar.
3.- Fomentar el cambio autogestionado: Es mucho más eficaz que las personas elijan los objetivos que deben desarrollar y forjen sus propios planes para alcanzarlos.
4.- Centrarse en objetivos claros y manejables: Explicar claramente los detalles concretos de la competencia requerida y elaborar un plan sensato para desarrollarla.
5.-Prevenir las recaídas: Los hábitos cambian lentamente y los tropiezos y recaídas no suponen necesariamente el fracaso. (Los nuevos caminos neuronales para establecer hábitos positivos hacia el equilibrio emocional se consolidan con la constancia y no tienen un progreso lineal).
6.- Alentar la práctica: El cambio duradero requiere una práctica sostenida tanto dentro como fuera del entorno específico. 7.- Evaluación: Establecer fórmulas para evaluar el progreso personal y determinar las diferencias entre el antes y el después del proceso formativo
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martes, 4 de septiembre de 2007
CUENTO SOBRE LIDERAZGO
El vuelo de los gansos
El próximo otoño cuando veas los gansos dirigiéndose hacia el sur para el invierno, fíjate que vuelan formando una "V". Es bien interesante que sepas lo que la ciencia ha descubierto acerca de por que algunas aves vuelan de esta forma. Se ha comprobado que cuando cada pájaro bate sus alas produce un movimiento en el aire que ayuda al pájaro que va detrás de él. Volando en "V" la bandada completa aumenta por lo menos un 71% su poder, mas allá de lo que lograría cada pájaro sí volara solo. Está demostrado que las personas que se unen y comparten una dirección común con sentido de comunidad, llegan mas rápido y mas fácil a donde desean porque se apoyan y se fortalecen mutuamente. Cada vez que un ganso se sale de la formación, siente inmediatamente la resistencia del aire, se da cuenta de la dificultad de hacerlo solo y rápidamente regresa a la formación para beneficiarse del poder de los compañeros que van adelante y ayudar a los que van detrás. Si nosotros actuáramos con la inteligencia de los gansos, haríamos todo lo posible por superar las diferencias, compartir una misma dirección y servir con lo mejor de nosotros mismos.Cuando el líder de los gansos se cansa, se pasa a uno de los puestos de atrás y otro ganso toma su lugar. Siempre obtenemos mejores resultados si tomamos turnos haciendo los trabajos mas difíciles en lugar de permitir que el peso lo lleven unos pocos o uno solo. Los biólogos han observado que los gansos que van detrás producen un sonido propio de ellos para alentar a los que van adelante a mantener la velocidad. Una palabra de aliento produce grandes beneficios. El estímulo motiva reconforta.Finalmente, cuando un ganso se enferma o cae herido por un disparo, otros dos gansos se salen de la formación y lo siguen para ayudarlo y protegerlo. Se quedan acompañándolo hasta que esté nuevamente en condiciones de volar ó hasta que muera y, solo entonces, los dos acompañantes vuelven a su bandada o se unen a otro grupo. Si nosotros aprendemos de los gansos, como solidarios con quien nos necesita y nos mantenemos uno al lado del otro acompañándonos y apoyándonos.
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martes, 28 de agosto de 2007
La inteligencia emocional en el éxito del líder
El Liderazgo y la estrategia empresaria En el contexto actual y futuro, de análisis globales, de decisiones rápidas en equipos interdisciplinarios, el potencial humano es el diferenciador en las organizaciones. No se pueden aprender recetas de conducción: el líder necesita una fuerte formación en tema de su dominio personal, para conocer y conducir a los demás y transmitir la visión a su equipo.
Partiendo de una de las tantas definiciones, “Liderazgo es un proceso de influencia, en las actividades de individuos o grupos, para el logro de metas comunes, en situaciones determinadas”.
Esto abarca:
1 - actividades y metas por un lado (tareas y organización)2 - influencia en individuos y grupos, en situaciones determinadas. (personas y contexto)
Entonces el Líder necesita formarse en:
1 – Ejecución efectiva de las actividades Necesita herramientas para la planificación y el seguimiento de esas actividadesLa planificación de tareas requiere más Inteligencia Racional ( que se enseña mayormente en las universidades técnicas, y en los cursos tradicionales de liderazgo de proyectos)
2 – Desarrollo e interacción con Personas
Y esta es la parte más importante y tal vez menos concreta de su formaciónLa conducción de personas requiere Inteligencia Emocional (inteligencia intrapersonal e interpersonal) y...donde la aprende?...posiblemente, solo en la carrera de Psicología. Es justamente un famoso líder, el reconocido Lee Iacocca (padre del Mustang de Ford y quien hizo resurgir a Chrysler ), quien cuenta en su autobiografía: “que los cursos de mayor utilidad para él, mas aún que las materias de ingeniería y administración, fueron los años que estudió psicología”.
La Inteligencia Emocional comienza por el conocimiento de uno mismo (lo que Peter Senge denomina “Dominio Personal” (siendo las demás disciplinas : Visión compartida, Trabajo en Equipo, Liderazgo y la Disciplina Sistémica – que engloba a las demás-.(1)Las Estructuras Organizacionales actuales tienen sus organigramas formales, que solo muestran una fotografía de la posición de las personas en la empresa, y no reflejan como son las comunicaciones en el sector o entre empleados de distintos departamentos.
Los Procesos cruzan departamentos, la transformación que realizan las empresas para agregar valor, pasa de un sector a otro, y no se reflejan en el organigrama; sea la transformación de materia prima en un producto o la transformación de información para entregar un servicio.
La globalización (el contexto de tener la competencia en Asia y sufrirla como si estuviera en la esquina), producto de las telecomunicaciones, tecnología, Internet y un mercado cuya oferta supera la demanda, genera un ambiente muy dinámico, de altísima rotación en la oferta de productos y servicios y mayores decisiones en lapsos cortos con incertidumbre.
Necesidad de una formación emocional (psicológica).
Este es el mundo que requiere Líderes Situacionales, líderes dispuestos a “hacer lo que más conviene hacer en el momento”. Líderes flexibles a las necesidades humanas y al contexto. “Cada vez es tarde mas temprano”. dice Alberto LevyLa administración, la ingeniería, las construcciones, la logística, los transportes, las telecomunicaciones, ...requieren de líderes de proyectos para su ejecución,..pero además: toda acción de un grupo pequeño o muy numeroso requiere de Líderes, desde el proyecto mas pequeño, a la dirección de las empresas más grandes del mundo.Los estudios neurológicos demuestran las habilidades diferenciadas de nuestros hemisferios cerebrales, lo racional en el hemisferio izquierdo y lo emocional y creativo en el derecho. Por eso, a veces se dice: “administre desde el izquierdo y lidere con el derecho”. Utilizar ambos hemisferios es desarrollar ampliamente nuestra potencialidad de actuar. El Liderazgo lo llevan adelante exitosamente las personas que reúnen las cualidades de “Inteligencia racional” para el cumplimiento de metas y de “Inteligencia emocional” para entender y motivar al grupo de personas.Entonces vemos que la combinación que más ayuda a un líder es la que complementa ambas inteligencias.La formación racional es la que recibe en la carrera técnica; y la formación emocional? Como recibir esa formación para desarrollar la inteligencia emocional?: Teniendo una formación psicológica. Conociendo las bases de nuestro comportamiento para entender mejor las interrelaciones humanas.
La definición que me parece más actual de liderazgo es: “La primer responsabilidad de un líder es definir la realidad. La última es decir gracias. Entre las dos, el líder debe convertirse en sirviente y deudor”. Max de Pree (2)
Ser sirviente es algo, que al que no es un verdadero líder le causa malestar. Estamos en la organización para “servir”, en nuestra familia estamos para servir, en la sociedad estamos para servir, ....Esta “preocupación para servir” es la que diferencia a una empresa de otra; su calidad, su atención a los clientes, su respuesta en la postventa, en el servicio técnico, etc. Somos sirvientes, y el que no lo ve así, esta yendo de contramano, al respeto humano y a la productividad en su empresa.
Servir es el camino para trascender.Intentando poner en pasos el camino de liderar/conducir/gerenciar.....Misión: lograr que otros hagan con ganasQué hacer: desarrollar habilidades de comunicación, motivación, conducción, armonía, proactividad, respeto, humildad, toma de decisiones, administración del tiempo,.........Cómo hacerlo: desarrollo del dominio personal, conocimiento de uno mismo para entender a los demás. Formación en inteligencia emocional. Entendiendo que empresa, negocios, liderazgo, espiritualidad, razón, alma, crecimiento personal, resultados, están ligados. Formación en Nuevas Ciencias de la Conducta es una camino...Visión: que las aspiraciones del personal sean un pilar del desarrollo de la empresa. Hacia una visión trascendente para el desarrollo de las personas en la empresa y de la empresa en la comunidad. Hacia una visión solidaria de los negocios. ¿Cómo recibir esta formación en temas psicológicos?Las Nuevas Ciencias de la Conducta son una forma accesible de iniciar el camino en el conocimiento de la psicología, como base de la Inteligencia Emocional y punto de partida para un Liderazgo Trascendente..El Análisis Transaccional ( AT ), es una de las Nuevas Ciencias de la Conducta. Es un modelo educativo. Creada por Eric Berne en 1951, posibilita la formación en una nueva visión en el arte de liderar, en tiempos de cambios constantes, gran incertidumbre y tiempos breves de decisión, que requieren el máximo potencial de las personas.
Introducción al Análisis Transaccional (AT)Algunas áreas de estudio:Análisis estructural: estudia la personalidad individual (Padre, Adulto, Niño)Análisis funcional: en su manifestación con los demás.Análisis de las Transacciones: estudia las interacciones humanas (comunicación)Análisis de los Juegos psicológicos: serie de transacciones repetitivas, con una parte inconsciente y un final previsible.
El Argumento de vida: un plan de vida formulado en la infancia, luego olvidado, pero que continua dirigiendo nuestra vida.Emociones auténticas y sustitutivas: los componentes emocionales de nuestra conducta.Reconocimiento y caricias: la importancia del mensaje verbal y no verbal, del contacto físico, de la existencia del otro, de la autoestima.Posiciones Existenciales: cómo me ven (me perciben) y como veo (percibo) a los demás.Estructuración del Tiempo: en nuestras distintas áreas y roles (laborales, sociales, familiares,..)Impulsores: se fuerte, se perfecto, complace, apúrate y trata más.Manipulación; Descalificación,....
Cambiar nuestras conductas es un acto profundo, porque nuestras emociones se ven afectadas. Sin cambio emocional, no hay cambio de paradigmas. (...y los paradigmas definen nuestra estrategia,...en la empresa y en la vida....)
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viernes, 17 de agosto de 2007
TEST DE HABILIDADES DE INTELIGENCIA EMOCIONAL
Las preguntas que encontraras en este TEST se refieren a la manera de actuar que tiene habitualmente con las personas con las que sueles relacionar. No existen respuestas buenas ni malas, sino respuestas sinceras que deben reflejar tu estilo, tu modo habitual de pensar, hacer y sentir.
La manera de responder es la siguiente. De acuerdo con que cada comportamiento (pregunta) te ocurra o lo hagas NUNCA, ALGUNAS VECES o SIEMPRE, colocas una cruz en la casilla correspondiente.
PREGUNTAS
NUNCA
ALGUNAS VECES
SIEMPRE
1. Me conozco a mi mismo, sé lo que pienso, lo que siento y lo que hago.
2. Soy capaz de automotivarme para aprender, estudiar, aprobar, conseguir algo…
3. Cuando las cosas me van mal mi estado de ánimo aguanta bien hasta que las cosas vayan mejor.
4. Llego a acuerdos razonables con otras personas cuando tenemos posturas enfrentadas.
5. Sé qué cosas me ponen alegre y qué cosas me ponen triste.
6. Sé lo que es más importante en cada momento.
7. Cuando hago las cosas bien me felicito a mí mismo.
8. Cuando los demás me provocan intencionadamente soy capaz de no responder
9. Mi fijo en el lado positivo de las cosas, soy optimista.
10. Controlo mis pensamientos, pienso lo que de verdad me interesa.
11. Hablo conmigo mismo, en voz baja claro.
12. Cuando me piden que diga o haga algo que me parece inaceptable me niego a hacerlo.
13. Cuando alguien me critica injustamente me defiendo adecuadamente con el diálogo.
14. Cuando me critican por algo que es justo lo acepto porque tienen razón .
15. Soy capaz de quitarme de la mente las preocupaciones que me obsesiona.
16. me doy cuenta de lo que dicen, piensan y sienten las personas más cercanas a mí (amigos, compañeros, familiares…)
17. Valoro las cosas buenas que hago.
18. Soy capaz de divertirme y pasármelo bien allí donde esté
19. Hay cosas que no me gusta hacer pero sé que hay que hacerlas y las hago.
20. Soy capaz de sonreír.
21. Tengo confianza en mí mismo, en lo que soy capaz de hacer, pensar y sentir.
22. Soy una persona activa, me gusta hacer cosas.
23. Comprendo los sentimientos de los demás.
24. Mantengo conversaciones con la gente.
25. Tengo buen sentido del humor.
26. Aprendo de los errores que cometo.
27. En momentos de tensión y ansiedad soy capaz de relajarme y tranquilizarme para no
28. Soy una persona realista, con los
29. Cuando alguien se muestra muy nervioso/a o exaltado/a le calmo y la tranquilizo
30. Tengo las ideas muy claras sobre lo que quiero.
31. Controlo bien mis miedos y temores.
32. si he de estar solo estoy, y no me agobio por eso.
33. Formo parte algún grupo o equipo de deporte o de ocio para compartir intereses o aficiones.
34. Sé cuáles son mis defectos y cómo cambiarlos.
35. Soy creativo, tengo ideas originales y las desarrollo.
36. Sé qué pensamientos son capaces de hacerme sentir feliz, triste, enfadado/a, altruista, angustiado/a…
37. Soy capaz de aguantar bien la frustración cuando no consigo lo que me propongo.
38. Me comunico bien con la gente con la que me relaciono.
39. Soy capaz de comprender el punto vista de los demás.
40. Identifico las emociones que expresa la gente de mi alrededor.
41. Soy capaz de verme a mí mismo/a desde la perspectiva de los otros.
42. Me responsabilizo de los actos que hago.
43. Me adapto a las nuevas situaciones, aunque me cueste algún cambio en mi manera de sentir las cosas.
44. Creo que soy una persona equilibrada emocionalmente.
45. Tomo decisiones sin dudar ni titubear demasiado.
CORRECCIÓN
A las respuestas NUNCA le corresponden 0 puntos
A las respuestas ALGUNAS VECES le corresponden 1 punto
A las respuestas SIEMPRE le corresponden 2 puntos
PUNTUACIONES
Entre 0 y 20 puntos: MUY BAJO
Entre 21 y 35 puntos: BAJO
Entre 36 y 45 puntos: MEDIO-BAJO
Entre 46 y 79 puntos: MEDIO-ALTO
Entre 80 y 90 puntos: MUY ALTO
EL SIGNIFICADO DE LAS PUNTUACIONES
MUY BAJO
Con esta puntuación debes saber que todavía no conoces suficientemente qué emociones son las que vives, no valoras adecuadamente tus capacidades, que es seguro que las tienes. Son muchas las habilidades que no pones en práctica, y son necesarias para que te sientas más a gusto contigo mismo y las relaciones con la gente sean satisfactorias. Este programa de trabajo te podrá ser de gran ayuda para aumentar tus habilidades de inteligencia emocional.
BAJO
Con esta puntuación tus habilidades emocionales son todavía escasas. Necesitas conocerte un poco mejor y valorar más lo que tú puedes ser capaz de hacer. Saber qué emociones experimentas, cómo las controlas, cómo las expresas y como las identificas en los demás es fundamental para que te puedas sentir bien, y desarrollar toda tu personalidad de una manera eficaz. Este programa tratará de ayudarte a mejorar.
MEDIO-BAJO
Casi lo conseguiste. Con esta puntuación te encuentras rayando lo deseable para tus habilidades emocionales. Ya conoces muchas cosas de lo que piensas, haces y sientes y, posiblemente, de cómo manejar tus emociones y comunicarte con eficacia con os demás. No obstante, no te conformes con estos puntos conseguidos. El programa de trabajo que ahora inicias pretende que mejores un poco más en tu INTELIGENCIA EMOCIONAL.
MEDIO-ALTO
No está nada mal la puntuación que has obtenido. Indica que sabes quién eres, cómo te emocionas, cómo manejas tus sentimientos y cómo descubres todo esto en los demás. Tus relaciones con la gente las llevas bajo control, empleando para ello tus habilidades para saber cómo te sientes tú, cómo debes expresarlo y también conociendo cómo se sienten los demás, y qué debes hacer para mantener relaciones satisfactorias con otras personas.
MUY ALTO
Eres un superhéroe de la emoción y su control. Se diría que eres número 1 en eso de la INTELIENCIA EMOCIONAL. Tus habilidades te permiten ser consciente de quién eres, qué objetivos pretendes, qué emociones vives, sabes valorarte como te mereces, manejas bien tus estados emocionales y, además, con más mérito todavía, eres capaz de comunicarte eficazmente con quienes te rodean, y también eres único/a para solucionar posconflictos interpersonales que cada día acontecen. De todos modos, adelante con el programa Desarrollando LA INTELIGENCIA EMOCIONAL.
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martes, 14 de agosto de 2007
¿En que esfera de mi vida es aplicable la Inteligencia Emocional?
La Inteligencia Emocional tiene cinco habilidades prácticas. Estas cinco habilidades prácticas son útiles para cuatro áreas fundamentales de nuestra vida:
1) Propenden a nuestro bienestar psicológico, base para el desarrollo armónico y equilibrado de nuestra personalidad.
2) Contribuyen a nuestra buena salud física, moderando o eliminando patrones y/o hábitos psicosomáticos dañinos o destructivos, y previniendo enfermedades producidas por desequilibrios emocionales permanentes (angustia, miedo, ansiedad, ira, irritabilidad, etc.).
3) Favorecen nuestro entusiasmo y motivación. Motivación y emoción tienen la misma raíz latina (motere), que significa moverse (acercarse hacia lo agradable o alejarse de lo desagradable). Gran parte de nuestra motivación en distintas áreas de la vida está basada en estímulos emocionales.
4) Permiten un mejor desarrollo de nuestras relaciones con las personas, en el área familiar-afectiva, social y laboral-profesional. En este último plano, la Inteligencia Emocional significa llevar a un nivel óptimo la relación entre las personas: determina qué tipo de relación mantendremos con nuestros subordinados (liderazgo), con nuestros superiores (adaptabilidad) o con nuestros pares (trabajo en equipo). Las emociones determinan cómo respondemos, nos comunicamos, nos comportamos y funcionamos en el trabajo y/o la empresa.
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jueves, 9 de agosto de 2007
Motivación
La tercera habilidad intrapersonal de la Inteligencia Emocional es la motivación. En realidad, esta tercera habilidad participa justamente de ambas habilidades prácticas: la intrapersonal y la interpersonal, en el sentido de que podemos hablar de la capacidad de motivarnos (interna, o automotivación) y la capacidad de motivar (cuando motivamos a los demás, saber motivar a otras personas).
Por razones prácticas se considera a la motivación formando parte del primer grupo (habilidades intrapersonales, junto con la autoconciencia y el control emocional) pero en términos de exactitud, como se acaba de decir, puede ser vista en sus dos aspectos: una habilidad interna y una habilidad externa o de relación.
La definición más simple del término Motivar es dar causa o motivo para una cosa.
Motivación y motivo son términos estrechamente ligados. Estas palabras derivan del verbo latino movere que significa “moverse”, “poner en movimiento” “estar listo para la acción”.
Otro aspecto de la motivación es que se trata de “una predisposición general que dirige el comportamiento hacia la obtención de lo que se desea”.
La base de toda motivación, es, pues, el deseo.
Y la obtención de lo que se desea es, para el grueso de los hombres, un sinónimo de felicidad.
Las emociones son una fuente de motivación emocional. Desde un punto de vista técnico, la motivación es la capacidad para enviar energía en una dirección específica con un propósito específico.
En el contexto de la Inteligencia Emocional significa usar nuestro sistema emocional para catalizar todo el sistema y mantenerlo en funcionamiento. ‘Estar motivado es sacar lo que está adentro’, dice el famoso autor Zig Ziglar, uno de los mejores motivadores del mundo.
La motivación es el combustible que nos permite llevar a cabo lo que nos proponemos. Las personas motivadas tienen empuje, dirección y resolución.
Hasta aquí, todo lo descripto puede ser llamado automotivación, para distinguirlo del hecho de motivar a otra persona.
Puesto en otros términos, existe una diferencia entre estar motivado y motivar.
MOTIVAR ES LOGRAR UN CAMBIO EN LA CONDUCTA DE OTRO, DIRIGIDO A UN FIN.
En todos los órdenes de la vida la motivación es la clave de cualquier logro y progreso.
Pero en la vida laboral, hoy es la esencia del éxito. A tal punto que uno de los más grandes dirigentes empresarios de este siglo, Lee Iaccocca, expresó:
‘NADA HAY MAS IMPORTANTE EN LA GESTION EMPRESARIAL COMO EL SABER MOTIVAR A LA GENTE’.
Una motivación vale por diez amenazas, dos presiones y seis memorandos.
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Autoconciencia
"El dolor termina sólo a través del conocimiento propio, de la lúcida percepción alerta de cada pensamiento y sentimiento, de cada uno de los movimientos de lo consciente y lo oculto". Krishnamurti
La Inteligencia Emocional comienza con la autoconciencia. El término conciencia se usa para distinguir, entre las funciones mentales, las características que se refieren tanto al llamado 'estado de conciencia', o para designar los procesos internos del hombre de los que es posible adquirir conciencia, y es en este último sentido que utilizamos el término autoconciencia.
En el primer caso, la conciencia es vigilancia o estado de alerta y coincide con la participación del individuo en los acontecimientos del ambiente que le rodea.
La autoconciencia no es una función tan simple y directa como pudiera parecer a primera vista, y menos respecto a nuestras emociones. Si digo, por ejemplo, que estoy enojado/a, quizá lo esté, pero puede que también esté equivocado/a. Puede que en realidad tenga miedo, esté celoso/a, o que sienta las dos cosas.
¿Cómo hacemos para tener una conciencia exacta de lo que nos está pasando (en el cuerpo) y qué estamos sintiendo (en la mente)?
A esta pregunta responde el principio de la autoconciencia, primer paso de la Inteligencia Emocional, porque ésta sólo se da cuando la información afectiva entra en el sistema perceptivo.
Por ejemplo, para poder controlar nuestra irritabilidad debemos ser conscientes de cuál es el o los agentes desencadenantes, y cuál es el proceso por el que surge tan poderosa emoción; sólo entonces podremos aprender a aplacarla y a utilizarla de forma apropiada. Para evitar el desaliento y motivarnos, debemos ser conscientes de la razón por la que permitimos que ciertos hechos o las afirmaciones negativas sobre nosotros afecten nuestro ánimo.
Para ayudar a otros a ayudarse a sí mismos, debemos ser conscientes de nuestra implicación emocional en la relación.
La clave de la autoconciencia está en SABER SINTONIZAR con la abundante información -nuestros Sensaciones, Sentimientos, Valoraciones, Intenciones y Acciones - de que disponemos sobre nosotros mismos. Esta información nos ayuda a comprender cómo respondemos, nos comportamos, comunicamos y funcionamos en diversas situaciones. Al procesamiento de toda esta información es a lo que llamamos autoconsciencia.
Un alto grado de autoconciencia puede ayudarnos en todas las áreas de la vida, y especialmente en ella enseñanza, el estudio y el aprendizaje.
Junto con los sentimientos o las emociones aparecen manifestaciones físicas como transpirar, respirar con dificultad, la tensión o la fatiga. Y también hay manifestaciones cognitivas (p. ej.: de emociones angustiantes), como una falta de concentración, conducta motriz o física desacelerada, congelación o abarrotamiento y bloqueo de los procesos del pensamiento, tales como el olvido o la confusión.
Una herramienta clave de la autoconciencia es la toma de conciencia del propio cuerpo y de sus señales de excitación.
Tenemos que llegar a ser capaces de describir nuestro cuerpo y nuestra mente con vívido detalle, incluida la respiración, la transpiración, el desasosiego, la falta de concentración, los pensamientos inquietantes, el contenido de esos pensamientos (p.ej.: en el caso de miedo o preocupación, los peligros específicos que promueven esos estados anímicos).
Empezar a mirar las manifestaciones exteriores de excitación interior como absolutamente naturales y comunes. Comprender que no matan, y saber positivamente que la conciencia les va quitando el poder a esas señales.
Si una persona tiene poca autoconciencia o conocimiento de sí mismo/a, ignorará sus propias debilidades y carecerá de la seguridad que brinda el tener una evaluación correcta de las propias fuerzas.
Las personas que tienen autoconciencia también pueden ser capaces de energizar a los demás, de comprometerse y confiar en quienes desarrollan una tarea con ellos.
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Empatia
¿Reconoce usted los sentimientos de las demás personas? ¿Comprende por qué los demás se sienten así? Esta es la habilidad de ‘sentir con los demás’, de experimentar las emociones de los otros como si fuesen propias.
Cuando desarrollamos la empatía (la cuarta de las habilidades prácticas de la Inteligencia Emocional) las emociones de los demás resuenan en nosotros. Sentimos cuáles son los sentimientos del otro, cuán fuertes son y qué cosas los provocan. Esto es difícil para algunas personas, pero en cambio, para otras, es tan sencillo que pueden leer los sentimientos tal como si se tratase de un libro.
Es importante aquí hacer una distinción entre la empatía y la simpatía. La simpatía es un proceso que nos permite sentir los mismos estados emocionales que sienten los demás, los comprendamos o no.
Sin embargo, la simpatía es un proceso puramente emocional, que tiene con la empatía la misma relación que puede tener un cuadro prehecho con la obra de un artista. En el primero, podemos llenar los espacios correctos con los colores adecuados o las emociones adecuadas, y obtener una copia aceptable del original, sin necesidad de entender claramente qué significa el cuadro.
La empatía es algo diferente: involucra nuestras propias emociones, y por eso entendemos cabalmente los sentimientos de los demás, porque los sentimos en nuestros corazones además de comprenderlos con nuestras mentes. Pero además, y fundamentalmente, la empatía incluye la comprensión de las perspectivas, pensamientos, deseos y creencias ajenos.
La simpatía es un pobre sustituto de la empatía, si bien en algunos casos, en los cuales las personas no pueden sentir empatía respecto de algunas emociones, la simpatía es mejor que nada. Sin embargo, para avanzar al siguiente estadio de la conciencia emocional, se requiere verdadera empatía.
Ser una persona altamente empática puede tener sus desventajas. Una persona empática es muy consciente de todo un complejo universo de información emocional, a veces dolorosa e intolerable, que otros no perciben.
Las personas que tienen empatía están mucho más adaptadas a las sutiles señales sociales que indican lo que otros necesitan o quieren. Esto los hace mejores en profesiones tales como la enseñanza, las ventas y la administración.
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Manejo de las Relaciones
La importancia de la destreza en las relaciones humanas –o habilidades sociales- no hace falta explicarla. Pero sí conviene definir hasta qué punto son ellas determinantes en todos los aspectos de nuestra vida, o sea, en nuestra salud física y mental, y en nuestro desarrollo social y económico.
Por ejemplo, estudios realizados por la Fundación Carnegie, y reafirmados por el Instituto Carnegie de Tecnologia, demostraron que aun en ramos técnicos como la ingeniería, cerca del quince por ciento del éxito financiero de cada profesional se debe al conocimiento técnico, y alrededor del OCHENTA Y CINCO POR CIENTO se debe a la habilidad en INGENIERIA HUMANA: a la PERSONALIDAD y la capacidad para tratar con las personas.
Uno de los principales expertos mundiales en relaciones públicas, Henry Rogers, sostiene: ‘Desarrollar sus potenciales en las relaciones será más importante para su carrera que todo el conocimiento académico que adquiera en la facultad, más importante en la determinación de su futuro como licenciado en arte, en ciencias, doctor en ciencias económicas, en leyes o incluso en filosofía. Permítame que se lo presente en forma de máxima: en la medida en que se relacione sensible y adecuadamente (y sí, incluso cautivadoramente) con las personas y los hechos que enfrente, tanto en su trabajo como en la vida personal, tendrá éxito”.
Una vida plena y exitosa se construye gradualmente a partir de una serie de interacciones cotidianas con otros seres humanos, en las que algunos intercambios son vitales y otros triviales; sin embargo, ninguno deja de tener consecuencias. De hecho, el índice del éxito profesional y personal estará determinado, casi infaliblemente, por la forma más o menos eficaz en que maneje dichas interacciones.
Los demás son muy importantes. En definitiva, sea cual sea el aspecto bajo el que lo miremos, siempre que lo hagamos sanamente, no hay nada en el mundo que sea tan importante como las personas.
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Control Emocional
La segunda habilidad práctica de la Inteligencia Emocional es el control de los estados anímicos.
Forma parte de la sabiduría universal el hecho de que los sentimientos alteran el pensamiento: cuando estamos ‘ciegos de rabia’, ‘enfurecidos como un toro de lidia’ o ‘locamente enamorados’, el propio lenguaje indica que la razón y el pensamiento, en tales situaciones, no tienen la más mínima oportunidad de éxito.
Como vimos antes, las emociones básicas vinculadas al hambre, la sed, el miedo, la ira, la sexualidad y el cuidado de los niños, forman parte de nuestro equipamiento básico emocional. Están arraigadas biológicamente en nuestra naturaleza y forman parte de nosotros, tanto si queremos como si no. En cambio, el modo en que manejamos este tipo de formas de comportamiento innatas está en nuestras manos: poseemos la libertad de sopesar las diferentes posibilidades de actuación y de decidir de acuerdo con nuestros propios motivos y criterios.
Por control emocional no entendemos ahogar o reprimir las emociones, sino regular, controlar o eventualmente modificar estados anímicos y sentimientos -o su manifestación inmediata- cuando éstos son inconvenientes en una situación dada.
Un aspecto importante del autocontrol lo constituye la habilidad de moderar la propia reacción emocional a una situación, ya sea esa reacción negativa o positiva (por ejemplo: no sería conveniente expresar excesiva alegría ante otras personas, colegas o amigos, que están pasando en ese momento por situaciones problemáticas o desagradables).
En la sociedad moderna, los viejos mecanismos instintivos de ‘lucha-huida’ no nos sirven normalmente de ayuda. Debemos utilizar cuanto sabemos acerca de las emociones y sentimientos propios y ajenos para ayudarnos a controlar mejor nuestros impulsos.
No podemos elegir nuestras emociones. No se pueden simplemente desconectar o evitar. Pero está en nuestro poder conducir nuestras reacciones emocionales y completar o sustituir el programa de conducta congénito primario, por ejemplo, el deseo o la lucha, por formas de comportamiento aprendidas y civilizadas como el flirteo, la crítica, la discusión o la ironía. Lo que hagamos con nuestras emociones, el hecho de manejarlas en forma inteligente, depende de nuestro nivel de Inteligencia Emocional
aplicalas en momentos de conflictos ,crear mayor
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